A lo largo de los meses, muchos usuarios han puesto a Robert Wallace Malone, médico y bioquímico estadounidense, como el “inventor de las vacunas de ARNm”. Es más, el propio Robert Malone se ha presentado en varias ocasiones como el “inventor de las vacunas de ARNm”. Pero, ¿es esto verdadera y realmente cierto?
Según Malone, su papel como inventor empezó a finales de la década de 1980, cuando él, Inder Verma y Philip Felgner combinaron hebras de ARN mensajero con nanopartículas lipídicas para crear una mezcla molecular, observando que las células humanas bañadas en esta mezcla genética eran capaces de absorber el ARNm. El progreso fue descrito en un artículo publicado en 1989 en la revista ‘Pnas’.
Un año antes, el 11 de enero de 1988, Malone escribía lo siguiente: «Si las células pudieran crear proteínas a partir del ARNm que se les entrega, podría ser posible tratar el ARN como un medicamento». Nuevamente en 1989, Malone repitió el experimento, esta vez con embriones de rana, lo que se traducía en que este preparado también podía ser absorbido por organismos más complejos.
Posteriormente, Malone e investigadores de la Universidad de Wisconsin, Madison y Vical Incorporated inyectaron ARN y ADN en el músculo esquelético de ratones. En ese artículo, tanto él como sus colaboradores de la Universidad de Wisconsin-Madison demostraban que los complejos de lípidos y ARN mensajero podrían estimular la producción de proteínas en ratones.
En resumidas cuentas, era la primera vez que alguien utilizaba gotitas de lípidos (grasas) para facilitar el paso del ARN mensajero a un organismo vivo. Y tomó algunas notas.
Aunque algunos apuntan al hecho anterior como la primera evidencia de que el ARNm podría administrarse a las células en tejidos, y producir proteínas, en realidad trabajos anteriores también habían logrado entregar y traducir el ARNm en las células (como en este artículo de 1978).
Y aunque tanto él como sus compañeros continuaron trabajando, nunca llegaron a publicar este trabajo en una revista revisada por pares. Es más, la contribución de Malone al desarrollo de las futuras tecnologías usando ARN mensajero acabó a principios de la década de 1990…
De hecho, en realidad fueron necesarios distintos descubrimientos para transformar la esperanza de que el ARNm pudiera convertirse en una nueva clase de fármaco. El principal obstáculo era que el ARN sintético era vulnerable a las defensas naturales del cuerpo.
¿Qué significaba esto? Que, probablemente, ese ARN sería destruido antes de llegar a las células dianas. Es más, podría originar una respuesta inmunitaria tal que podría acabar convirtiendo la terapia en un riesgo para la salud del paciente.
Y es aquí cuando nos encontramos con Katalin Karikó. En 2004, junto con Drew Weissman y otros colegas, descubrieron que uno de los nucleósidos sintéticos servía como señal para el sistema inmunitario. Al cambiarlo por uno modificado, el equipo consiguió ocultar el ARNm.
También llevaron a cabo otras modificaciones, como modificar los extremos de las cadenas de ARNm, y optimizaron aún más la estabilidad y la traducción del ARN mensajero.
A partir de ese momento, los ensayos con animales empezaron a dar resultados cada vez mejores. En el año 2010, Moderna decidía comprar los derechos sobre las patentes que habían registrado Karikó y Weissman, a la vez que BioNTech adquiría otras patentes similares.
En 2015, Karikó comprobó que recubriendo las moléculas de ARN de nanopartículas lipídicas se evitaba que se degradaran demasiado rápido, a la vez que se facilitaba su entrada en las células. En palabras de Karikó, “la ciencia se basa en la ciencia”. Y el desarrollo de las vacunas de ARNm contra la COVID-19 (y de cualquier otra vacuna de ARNm), se basó en realidad en el trabajo de innumerables investigadores.
Sí, entre ellos se encuentra Malone, ya que, junto a sus colegas, contribuyó con evidencia preliminar de que el ARNm podría ser administrado y expresado con éxito en las células. Pero en absoluto esto puede ser considerado como una invención de dichas vacunas, solo un paso más.
Y, para terminar, volvemos al comienzo: ¿Sabías que el propio Robert W. Malone confirmó a ‘Logically’ que él, en realidad, no había sido el inventor de las vacunas de ARNm? Según dijo, él solo inventó la “plataforma de tecnología de vacunas”.