Comer menos sería más efectivo para perder peso que el ayuno intermitente, según nuevo estudio

Comer menos sería más efectivo para perder peso que el ayuno intermitente, según nuevo estudio

La obesidad consiste en un exceso de grasa y en una alteración del tejido adiposo, que originan perjuicios para la salud y que, además, pueden reducir la esperanza de vida.

Se trata de una enfermedad con múltiples consecuencias, ya que aumenta el riesgo de diabetes tipo 2, hipertensión arterial, aterosclerosis (debido a la inflamación de las arterias), dislipidemia, enfermedad hepática y enfermedad renal crónica. Pero también se ha asociado a muchos tipos de cáncer, como el de hígado, útero y mama.

A la hora de perder peso, la clave está en controlar las calorías consumidas y en mantener un estilo de vida lo más activo posible, combinado con la práctica de ejercicio físico.

Ahora, un reciente estudio, realizado durante seis años y publicado por la American Heart Association, ha encontrado que comer menos en general, y comidas menos copiosas, podría ser una estrategia de control del peso mucho más eficaz que restringir las comidas a un intervalo específico de tiempo, como ocurre con el ayuno intermitente.

Concretamente, sus autores encontraron que la frecuencia y el tamaño de las comidas fue un determinante muchísimo más fuerte para la pérdida o la ganancia de peso, en comparación con el tiempo transcurrido entre la primera y la última comida.

El estudio evaluó la asociación entre el tiempo transcurrido desde la primera comida hasta la última con el cambio de peso. Para ello, analizó los registros de salud de 550 adultos (de 18 años de edad o más), de tres sistemas de salud en Pensilvania y Maryland.

El equipo de investigación creó una aplicación móvil, que bautizó con el nombre de Daily24, para que los participantes pudieran catalogar e identificar la hora de dormir, comer y despertarse para cada ventana de 24 horas, en tiempo real. Esto permitió a los científicos medir el tiempo transcurrido entre la primera comida hasta la última comida cada día; el lapso de tiempo desde que el participante se despertaba hasta la primera comida; y el intervalo desde la última comida hasta la hora del sueño.

Encontraron que el horario de las comidas no se asoció con el cambio de peso durante el período de seguimiento, mientras que el número total diario de comidas abundantes (calculadas en más de 1000 calorías), y las comidas de menor tamaño (calculadas en 500 a 1000 calorías), se asociaron con un aumento de peso, mientras que comer menos cantidad de comida (estimadas en menos de 500 calorías), sí se asoció con la disminución de peso.

Además, los investigadores no detectaron una asociación entre el horario de las comidas y el cambio de peso.

Eso sí, el estudio tiene sus limitaciones. Por ejemplo, no se evaluó las interacciones complejas del momento y las frecuencias de las comidas. Y nos encontramos ante un estudio observacional, por lo que sus autores no pudieron concluir causa y efecto. Tampoco pudieron determinar la intencionalidad de la pérdida de peso entre los participantes del estudio, antes de su inscripción en el programa, y no pudieron descartar la existencia de alguna condición de salud preexistente.

  1. Di Zhao, Eliseo Guallar, Thomas B. Woolf, Lindsay Martin, Harold Lehmann, Janelle Coughlin, Katherine Holzhauer, Attia A. Goheer, Kathleen M. McTigue, Michelle R. Lent, Marquis Hawkins, Jeanne M. Clark, Wendy L. Bennett. Association of Eating and Sleeping Intervals With Weight Change Over Time: The Daily24 Cohort. Journal of the American Heart Association, 2023; DOI: 10.1161/JAHA.122.026484
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