La vacunación contra la COVID-19 ha demostrado ser una medida eficaz y segura para prevenir las formas graves de la enfermedad y reducir la transmisión del virus. Sin embargo, algunas personas pueden tener dudas sobre la conveniencia de recibir una tercera dosis de refuerzo, especialmente si están embarazadas o planean estarlo.
Un estudio reciente publicado en la revista JAMA Network Open ha analizado si existe una asociación entre la vacunación de refuerzo contra la COVID-19 en el embarazo temprano y el riesgo de aborto espontáneo. Los resultados son tranquilizadores: no se encontró una relación significativa entre ambos factores.
El estudio se basa en los datos de más de 100 000 embarazos de 6 a 19 semanas de gestación en 8 sistemas de salud de Estados Unidos que participan en el Vaccine Safety Datalink (VSD), un sistema de vigilancia colaborativo entre los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) y las organizaciones de atención médica.
Los investigadores compararon las mujeres que tuvieron un aborto espontáneo con las que tuvieron un embarazo en curso, y evaluaron si habían recibido una tercera dosis de la vacuna de ARN mensajero (ARNm) contra la COVID-19 en una ventana de exposición de 28 o 42 días antes del evento.
Los resultados mostraron que no hubo una asociación significativa entre la vacunación de refuerzo y el aborto espontáneo. La probabilidad ajustada de haber recibido una tercera dosis fue similar entre los casos y los controles, tanto en la ventana de 28 días como en la de 42 días.
El estudio tiene algunas limitaciones, como el hecho de que se basa en datos administrativos que pueden contener errores o estar incompletos, o que no se pudo evaluar el efecto de la vacunación antes de las 6 semanas de gestación o después de las 19 semanas.
Sin embargo, los autores concluyen que sus hallazgos son consistentes con los estudios previos que no encontraron un aumento del riesgo de aborto espontáneo tras la vacunación primaria contra la COVID-19, y que apoyan las recomendaciones actuales de ofrecer la vacunación a las mujeres embarazadas.
La vacunación contra la COVID-19 es una herramienta clave para proteger la salud materna y fetal, ya que las mujeres embarazadas tienen un mayor riesgo de sufrir complicaciones graves por la infección, como hospitalización, ingreso en cuidados intensivos, ventilación mecánica o muerte.
Además, la vacunación puede conferir protección al feto a través de la transferencia placentaria de anticuerpos, lo que podría prevenir casos graves o fatales de COVID-19 neonatal.
Por todo ello, las autoridades sanitarias recomiendan que las mujeres embarazadas reciban la vacuna contra la COVID-19 cuando esté disponible para ellas, independientemente del trimestre del embarazo en el que se encuentren. Asimismo, aconsejan que las mujeres que deseen quedarse embarazadas no retrasen ni eviten la vacunación por este motivo.
Este estudio no es el único que ha demostrado que la vacunación contra la COVID-19 es segura en el embarazo. Otros estudios científicos han llegado a conclusiones similares, basándose en diferentes fuentes y métodos.
Por ejemplo, un estudio realizado en Reino Unido con más de 50 000 embarazos encontró que no había diferencias en las tasas de aborto espontáneo, parto prematuro, anomalías fetales o complicaciones intraparto entre las mujeres vacunadas y las no vacunadas. Además, observó que las mujeres vacunadas tenían menos probabilidades de desarrollar una infección sintomática por COVID-19 durante el embarazo.
Otro estudio realizado en Noruega con más de 6000 adolescentes y adultos jóvenes con infecciones leves por COVID-19 examinó la prevalencia del síndrome post-COVID-19 a los 6 meses del diagnóstico. Este síndrome se caracteriza por síntomas persistentes o nuevos después de superar la infección aguda. El estudio encontró que el síndrome post-COVID-19 era menos frecuente entre las personas vacunadas que entre las no vacunadas.
Asimismo, varios estudios han analizado los efectos adversos reportados tras la vacunación contra la COVID-19 en el embarazo. Estos estudios han utilizado diferentes sistemas de vigilancia pasiva o activa para recoger los datos, como el Vaccine Adverse Event Reporting System (VAERS) en Estados Unidos o el Yellow Card Scheme en Reino Unido. Los resultados han mostrado que los efectos adversos más comunes tras la vacunación son similares a los observados en la población general: dolor en el lugar de inyección, fatiga, dolor de cabeza y fiebre. Estos efectos suelen ser leves y transitorios, y no suponen un riesgo para el embarazo ni para el feto.
Estos estudios se suman a la evidencia existente sobre la seguridad y eficacia de las vacunas contra la COVID-19 en el embarazo. No obstante, se necesita seguir investigando para ampliar el conocimiento sobre los posibles efectos a largo plazo tanto para las mujeres embarazadas como para sus bebés. Por ello, se están llevando a cabo ensayos clínicos específicos para evaluar las vacunas contra la COVID-19 en este grupo poblacional.
La información científica disponible hasta el momento respalda que las ventajas de recibir la vacuna contra la COVID-19 durante el embarazo superan con creces los posibles inconvenientes. La vacunación es una medida segura y eficaz para protegerse a sí misma y a su bebé frente a esta enfermedad potencialmente grave.
Referencias:
- Kharbanda EO, Haapala J, Lipkind HS, et al. COVID-19 Booster Vaccination in Early Pregnancy and Surveillance for Spontaneous Abortion. JAMA Netw Open. 2023; 6(5):e2314350. doi:10.1001/jamanetworkopen.2023.14350
- Blakeway H, Prasad S, Kalafat E, et al. COVID-19 vaccination during pregnancy: coverage and safety. Am J Obstet Gynecol. 2022;226(2):236.e1-236.e14. doi:10.1016/j.ajog.2021.08.007